En la ciudad sin estrellas

probablemente debería unirme al mar de hielo y alejarme flotando en la nada del pensamiento, oscuros caminos son solo ventanas empañadas por el vapor de mi respiración agotada

lluvia de ilusiones, mil luces de colores, bajo mis ojos, escondido en mi armadura. pienso: son solo ruido, gritos y dolores

en montañas perdidas está mi cordura, balanzas estrictas me miran desde arriba: el soberbio lucha con su espada, el sabio observa y medita, y yo ni fuego ni agua, me ahogo, me confunde la nada



sabor a fracaso, interés nulo, inercia, idiomas extraños, palabras de sobra, montones de gente incomprendida, residual, colateral, relleno, masa, rebaño, arroz... como lo digo?

aunque soy nadie para decir eso.

soy nadie, un nadie que mira y piensa, pero soy nadie, caminando entre montones de alguienes, unos mas vivos que otros, escuchando sus comunes conversaciones, sus gritos en los semáforos, recibiendo sus patéticas descargas emocionales negativas acumuladas, aceptando su existencia como algo dudablemente necesario, mostrando el debido respeto que tanto exigen por el solo hecho se ser humanos(wow, que admirable logro, rozando los límites de la posibilidad), encajando en la sociedad, paseando por los parques, cosas de humanos... llamemosle vida, en mi caso, la vida de nadie.